Sé que para much@s es un sacrilegio echar dos yemas a un bollo cuya gracia son las claras...pero yo lo hice, y os aseguro que el resultado fue buenísimo. Le dan ese toque de grasa que necesita. Aunque solo con claras está buenísimo, todo hay que decirlo.
Ingredientes:
- 4 claras de huevo
- 2 yemas
- 125grs de azúcar normal
- 125 grs de azúcar glas
- 125 grs de harina
- 1 pizca de sal
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 1/2 cucharadita de zumo de limón
Comenzamos batiendo las claras a punto de nieve, echando la sal y el azúcar normal poco a poco mientras vamos batiendo.
Mezclamos el harina con el azúcar glas y, a medida que lo tamizamos, vamos integrándolo a las claras con una espátula y movimientos envolventes.
Batimos bien las yemas y las echamos sin dejar de remover. Añadimos poco a poco la vainilla y el limón.
Engrasamos levemente el fondo (solo el fondo) de el recipiente que vayamos a usar para hornearlo. No engraseis las paredes, ya que cambia de sabor el bizcocho.
Precalentamos el horno y horneamos a 175º durante 30-35 minutos (pero no dejéis de comprobar con el palillo una vez haya llegado a 30 minutos).
Recordad que el recipiente de horneado ha de tener chimenea, y si no lo tenéis tipo bundt, poned en medio un cortador o una lata redonda.
Aunque este cake es famoso por su textura (al ser claras montadas básicamente), las yemas le dan un toque cremoso que merece la pena probar.
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